Invernaderos en el Jardín
Los invernaderos ofrecen numerosas ventajas, por una parte son la mejor solución para cuidar las plantas más delicadas durante el invierno, adaptar nuevas plantas antes de temporada, asegurándonos la futura adaptación de la planta a su nuevo entorno y nos facilita la propagación de plantas nuevas a partir de las que tenemos.
Los materiales más habituales para el armazón y el acristalado son los siguientes:
De madera es el más tradicional y el que estéticamente quedara mejor. La madera de roble y cedro será una buena elección, aunque resulten cara, a la larga tendrá un mantenimiento mínimo, frente a las maderas blandas, que habrá que tratarlas periódicamente.
El aluminio, sin embargo es el más utilizado, es asequible y fácil de mantener. También están los armazones de acero o de hierro galvanizado, estos tienen un mantenimiento periódico.
El cristal es el cerramiento más utilizado y el más efectivo, se limpia con facilidad y se puede cubrir en días de excesivo sol. Conserva el calor y distribuye la luz. Su inconveniente es la fragilidad, por lo que a la hora de situarlo no lo haremos en zona de juegos.
Los plásticos son unos materiales menos duradero que el cristal, se raya y amarillea con el tiempo. Entre los plásticos, el policarbonato, tiene propiedades aislantes y es prácticamente irrompible, por lo que resulta muy recomendable.
Invernadero tradicional: Paredes verticales, cerradas en su parte inferior y techo de cristal abatible. Los invernadero adosado a la pared, resultan adecuados para aprovechar al máximo un rincón del jardín ( adosado a la valla). Al estar reservado, el calor se retiene mejor.
Para lograr un buen rendimiento del invernadero es necesario que esté protegido de los embates del la climatología, así como un buena ventilación, sombreado, el riego y la humedad.
Resultan ideales los invernaderos de pequeñas dimensiones, para terrazas y balcones.
Originally posted 2021-05-30 07:05:00.
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